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sábado, 28 de septiembre de 2013

DAMIÁN H. ESTÉVEZ ‘APRECIAR LA CULTURA ES UN ASUNTO QUE SE DEBE EDUCAR’

DAMIÁN H. ESTÉVEZ ‘APRECIAR LA CULTURA ES UN ASUNTO QUE SE DEBE EDUCAR’
 DIARIO DE AVISOS | Tegueste
 Con motivo de la celebración de la 3ª edición del Libro Fórum Canario, que tendrá lugar el próximo viernes  27 de septiembre a las 19:15 horas en el teatro Príncipe Felipe de Tegueste, el director del mismo, José Ramón Sampayo Rodríguez, entrevistó al autor invitado Damián H. Estévez  creador del libro de relatos…En el aire queda.
Ganador del premio Félix Francisco Casanova, otorgado por el diario El Día, ha escrito varios textos en dicho periódico y en el ya desaparecido La Tarde. Ha publicado con Ediciones Idea el libro de relatos Lo que queda en el aire (2010), cuyas tramas, al igual que en esta última publicación …En el aire queda, editada por Aguere-Idea (2013), transcurren en la isla canaria de Lotavia.
Gentilmente, nuestro amigo José Ramón Sampayo, nos ha cedido dicha entrevista para que conozcamos al protagonista y a su obra, Damián H. Estévez.

¿Quién es y a qué se dedica Damián Hernández Estévez?
Profesionalmente, soy profesor de Lengua y Literatura de Enseñanza Secundaria, y ejerzo en el Instituto de Tegueste desde hace ya algo más de una década; en el aspecto literario, aún no sé si soy escritor, realmente siento un poco de pudor y un mucho de respeto al pensar en esta palabra tan grande.
 … En el aire queda es tu último libro de relatos, ¿vale la pena “perder el tiempo” leyéndolo? Y como intuyo que me vas a decir que sí, ¿por qué deberíamos entregar algunas/bastantes horas de nuestro tiempo a tal menester?
El planteamiento esencial de mis cuentos es un poco el de la vida, que también está inconclusa, desconocemos por qué camino nos va a obligar a ir aunque vayamos aprendiendo de nuestras experiencias. El refrán del título (compartido entre los dos libros de relatos que he publicado) indica que algo queda sin resolver del todo. Me parecen que recoge la incertidumbre, que es la esencia de las personas, creo. Desde las grandes preguntas (¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?), pasando por aquellas que nos afectan profundamente (¿es ésta la persona a quien amo?, ¿he hecho bien decidiendo tener o no hijos?), hasta las cosas más banales (¿he elegido bien el menú con que quiero agasajar a mis amigos?), nos movemos en la incertidumbre. Tal vez leer mis textos nos permita abordar esta idea, como escribirlos me ha hecho profundizar en ello, e impida que nos deprimamos y nos estimule a continuar la vida.
Para hacernos una idea algo más completa de tu quehacer literario, cuéntanos algo que te parezca interesante sobre tus otras publicaciones, por ejemplo Lo que queda en el aire.
 En ambos libros recojo una antología de relatos que no fueron escritos a la vez, sino a lo largo de unos cuantos años. No había pensado en publicarlos, me bastaba con la satisfacción que me producía escribirlos y que lo leyeran algunos amigos y comentaran su parecer. Hasta que algunos amigos me convencieron de que debería arriesgarme a publicar. Especialmente dos personas influyeron en que tomara esa decisión. Una compañera del instituto en que trabajo, quien me presentó a la segunda persona que me decidió definitivamente: su amiga María Teresa de Vega, también escritora. Leyó mis historias, me dijo que le gustaron y me animó a la publicación. Escribió el prólogo del primer volumen, y colaboró en las primeras presentaciones; sus críticas me han alentado y lo siguen haciendo.
Explícanos qué hechos culturales son trascendentes para ti en la cultura canaria en el pasado siglo y en el presente, más que nada para contextualizar tu formación como escritor y creador.
Como profesor, conozco y he difundido entre mis alumnos muchos acontecimientos culturales, especialmente los literarios, y acaso este hecho haga que me resulte difícil elegir algún momento como el que más me haya influido. El Modernismo, por remontarnos muy atrás, con los grancanarios Tomás Morales y Alonso Quesada; luego esa época tan especial y que en la actualidad está siendo reivindicada y analizada, la época de los surrealistas, la de Gaceta del Arte. Más adelante, ya como universitario e incipiente escritor, la literatura del grupo fetasiano. En la actualidad, la literatura canaria vive una efervescencia muy importante, que sin duda, marcará una época propia, aunque sean muchos los autores, los géneros y los estilos que están saliendo a la luz

La isla de Lotavia es un territorio ficticio, literario, inventado para tus libros de relatos, pero supongo que basado en islas reales canarias o al menos partes de ellas. Háblanos que significa para ti Lotavia y qué relación puede tener con otros territorios míticos, como Macondo, la Isla Menor, Región…
Muchas veces, cuando un novelista inventa un territorio, lo dota de características míticas; por ejemplo, García Márquez convierte a Macondo en ese lugar donde se forjó la historia y la cultura de Sudamérica. Pero a mí me seduce más el territorio ficticio de Faulkner, Yoknapatawpha, porque el autor norteamericano trata ese espacio como si fuera real. ¿Para qué inventarse un territorio entonces, por qué no situar mis historias en Tegueste o en Los Llanos o en Artenara? Creo que por el gusto de crear, simplemente, por la misma razón por que creo personajes y sus historias.
En efecto, Lotavia tiene un poco de cada una de las islas de nuestro archipiélago. Eso es lo que pretendo… Cuando ideé La Pared pensé sin duda en los riscos de la Aldea, en Gran Canaria, y la carretera que la atraviesa es tan espeluznante como la que va de Agaete a San Nicolás. Pero el parque Guadiantor está inspirado en el García Sanabria de Santa Cruz; San José es una ciudad con más habitantes que Santa Cruz y Las Palmas juntas; el macizo de Tarco es tan abrupto como el de Anaga; el golfo de Tería es una recreación del brazo de mar que separa cada una de las islas de las otras; el Corro de los Volcanes (que no aparece en los cuentos, pero sí en una novela que estoy escribiendo), semeja la zona de Timanfaya de Lanzarote; el norte de Lotavia, con el caserío de Érica, es el norte de La Palma, con los pueblos de Gallegos o El Tablado suspendidos en los acantilados sobre el mar; el valle de Azguán, tan cerrado e inaccesible, es un trasunto del Valle del Golfo herreño, aunque en ella se ubique una enorme ciudad cuyo urbanismo me lo ha inspirado tanto Telde, con su abigarramiento y sus barrios tradicionales, como Las Palmas y su actividad portuaria. Incluso hay un pequeño archipiélago de roques, los Roques de las Islas, bajo el acantilado de La Pared, que es como una maqueta natural de todo el archipiélago…
 ¿Quiénes son Gera, Rosa o Frucho? Cuéntanos cómo diseñas a tus personajes, qué significado simbólico les das, si es que les das alguno, y qué identificación tienes con ellos.
Todos ellos me han hecho sufrir y disfrutar a un tiempo. Un personaje desarraigado y marginado, Pacón, del primer libro de relatos es el preferido de muchos de mis lectores, y una buena amiga se prendó de Angélica y sus estados de ánimo. En esta segunda colección, Gera, que es feo, y Frucho, que encontró unos zapatos y fantaseó con ellos. También Anselmo Damas, que creó un imperio comercial y ahora busca conciliarse con su soledad. Los personajes, al igual que los territorios, no son míticos, ni simbólicos, sino personajes reales, con experiencias en las que cualquiera se puede reconocer, son habitantes de este mundo.
 ¿Querrías destacar alguno de tus cuentos? Por ejemplo a mí me llamó muy mucho la atención “El barco”, prácticamente en el centro de tu libro y con una extensión considerable respecto a los otros. Me llamó la atención la propia historia familiar, compleja y alambicada, los personajes vacilantes y difusos, la cita de ciudades reales como Puerto de la Cruz, Sta. Cruz, Las Palmas, Los Llanos de Aridane, el final sorprendente y esperado al tiempo, etc. ¿Quieres comentarnos algo personal como autor de este cuento?
En la colección de libros anterior, también el cuanto más largo, “La izquierda de Pacón”, resultó ser el que atraía más a los lectores. Gran parte de la infancia de Anselmo Damas es la mía propia, mi madre tenía ese taller de costura, no en La Orotava, sino en Los Realejos, y escribir las escenas que transcurren en él me emocionaron al obligarme a rebuscar entre mis recuerdos, y sobre todo, las sensaciones que aún perduran: el olor de los tintes de la tela y los hilos, el olor de la lluvia, los comentarios y actitudes de las clientes. Por lo general, en todos mis cuentos, aparecen esas sensaciones y recuerdos del pasado, que suponen en algunos de ellos el punto de partida. El cobrador de los plazos es otro personaje de mi infancia.
Por otro lado, este cuento me hizo documentarme sobre los acontecimientos sociales y revolucionarios de la Cuba de principios del XX, en el que participa el padre del protagonista. Que, en este caso, no está inspirado en el mío propio.
Cito al principio unos versos de Góngora, que permanecen en mi mente desde que los leí por primera vez, en mi adolescencia; abordan uno de los asuntos con que las personas debemos conciliarnos cuanto antes, la soledad, o como formula el autor barroco, las soledades. No me resisto a repetirlos: “De mis soledades voy, a mis soledades vengo, porque para estar conmigo, me bastan mis pensamientos”.
Hay gente ilustrada insular que dice que “en esta tierra es más importante la charanga y el baile que la cultura”, “el benaventismo” que la música clásica o el jazz, los Gambín (con todo mi respeto personal para ese músico y este autor lagunero) que los Bruno Mesa, etc. ¿Compartes esa opinión, qué piensas tú al respecto?
Aunque tengo muy claro el tipo de cultura que me interesa y que me satisface, respeto todos los gustos. Pero también estoy convencido de que apreciar la cultura es un asunto que se debe educar, como el paladar y el cuerpo, y también de que cada vez a la mayoría de quienes tienen la responsabilidad política de fomentar esa educación, se esfuerzan muy poco en hacerlo, seguramente porque interesa poco según qué réditos se quieran obtener.
Cultura, modesta, humildemente, es lo que estamos haciendo en Tegueste bimensualmente con la puesta en marcha del proyecto Libro Fórum Canario. Tú eres el protagonista de la 3ª sesión (la 1ª la dedicamos Víctor Álamo de la Rosa, con notable éxito, la 2ª a Javier Hernández, que no le fue a la saga): ¿por qué aceptaste mi ofrecimiento de participar, qué esperas encontrar y qué te parece la iniciativa?
 Para mí supone un reto y una satisfacción poder compartir charla pública con lectores, tanto con amigos o colegas, como con otros que no conozco, lo que supone para mí un importante atractivo. He asistido como lector a las anteriores convocatorias, y realmente creo que han logrado cumplir satisfactoriamente con los objetivos que como director te has propuesto. Solo espero poder contribuir un poquito en la consolidación de estos encuentros.
Por último, ¿qué le tienes que decir, subjetivamente, a los vecinos de esta Villa, a los lectores de toda laya y condición que se están sumando al proyecto de leer y conocer en vivo y en directo a los autores canarios vivos con obra publicada de calidad, a otros escritores y creadores, a los responsables municipales teguesteros que lo respaldan y copatrocinan, en fin, a los que nos siguen a través de Facebook y otras páginas?
A los lectores, lo mismo que les digo a mis alumnos cuando contamos en el instituto con la presencia del autor de libros que han leído y trabajado. Que comprueben que quienes han sido capaces de expresarse a través de esos textos, son personas reales, y, dándole la vuelta al asunto, que las personas reales como ellos, si se lo proponen, son capaces de expresarse a través de cualquier actividad que les apasione, y si eligen la literatura, que intervengan como autores. En el mismo sentido, a los creadores, que pasen por él no solo como tales, sino también como lectores. A los dignatarios municipales, pues que vengan en la calidad que elijan, porque de esa manera se convencerán de la necesidad de continuar respaldando el proyecto. Y a ti, gracias por esta iniciativa y por invitarme a participar en ella.
  


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