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jueves, 11 de abril de 2013

MARTIN COOPER, por L. Soriano



MARTIN COOPER
 L. Soriano
El día 3 de abril de hace ahora 40 años, esto es 1973, Martin Cooper, de Chicago, que a la sazón trabajaba para Motorola Telecom, realizo, ese soleado día de primavera una llamada desde su prototipo” Motorola Dyna TAC cell pone”, la primera llamada desde un teléfono móvil en Manhattan Downtown.   La llamada, duro unos veinte minutos y….. se quedo sin batería. El móvil pesaba más de un kilo y la batería ya les comente que duraba solo 20 minutos. Cosa que Cooper creía normal y hasta exagerado ya que “quien imagina a nadie hablando mas de ese tiempo por un aparato”- llego a decir. En ese momento le costaría imaginar, que  del tamaño de un pequeño paquete de cigarrillos y con cámara de fotos digital, se pueda llamar y enviar en segundos al otro extremo del planeta, cualquier cosa que esté pasando en el otro.         Hubo un tiempo que hubo que esperar por un teléfono meses, si no años, y que cuando ya los teníamos muchos estaba en el medio del salón como algo excepcional para cosas y casos de cierta urgencia o necesidad. Para los talluditos como yo, es impresionante ver cómo ha cambiado la vida a todo el mundo estos aparatitos, que ahora hacen de todo, y con los que se hace de todo, a veces salvo hablar por teléfono. Nos hemos olvidado de cuando teníamos reales vacaciones, libres de llamadas o mensajes o correos, cuando  las comunicaciones eran otra cosa.

La llamada de Cooper marco el inicio de una era y el fin de otra, y eso que reconoce que se le ocurrió la milmillonaria idea viendo al capitán Kirk en la serie Star Trek usando su intercomunicador. Cosas de esta vida de humanos.

Así pues, lo que antaño era algo raro y novedoso hoy es pieza de museo. La obsolescencia en telefonía da vértigo y cada vez todo es más pequeño o más rápido o más funcional, o hace más cosas.  Personalmente, entiendo lo justo de la tecnología salvaje. Odio los móviles que hacen muchas cosas más que dejarte hablar, que te dan mensaje, y que te dan correos, cosa a lo que me he tenido que adaptar. Pero creo que estamos creando una sociedad aislada que se comunica por tecladitos y no de viva voz. Que emplea un tiempo tremendo en matar marcianitos de una u otra más sofisticada clase. Que se pierde oportunidad de conocer, o de aprender, más allá de las cuatro líneas que nos leemos de Google o en el Wilkipedia para creer que ya sabemos de todo bastante.

Gracias Cooper, premio príncipe de Asturias compartido con Tomlinson el inventor del correo electrónico, y además cofrade del queso de Cantabria. Gracias porque el móvil, el celular como te gusta llamarlo, salva vidas y mantiene a las personas conectadas. Facilita la vida de los enfermos, y de los sanos también. Los negocios, los amoríos, las alegrías y comparte las penas. Es una desgracia que se haya demonizado el usarlo en el auto, aunque ahora con los “parrots” se soluciona, y no se haya prohibido igualmente el fumar dentro de los vehículos, cosa que parece más lógica en este mundo ilógico.  Abriste un camino que será difícil que se pare en vía muerta por el momento, aunque los que vimos la llegada de tantas cosas que nos parecían eternas como el fax y el Concorde y han desaparecido en pocos años, ya no nos extrañamos de nada. Los de menos de 40 años no saben lo que era vivir sin el, pobres ignorantones. A  reflexionar.
Reflexiones L. Soriano


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