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domingo, 17 de febrero de 2013

SJR: CHORICEO POLÍTICO por Juan Henríquez


SJR: CHORICEO POLÍTICO
Juan Henríquez
Las siglas SJR se corresponden con el municipio norteño de San Juan de la Rambla. Allí, dónde las olas armonizan el vals del bravío mar, una cuadrilla de chorizos de la política local,  han recuperado el chiquero que habían construido antes de las pasadas elecciones, a través de un voto de censura  contra la alcaldesa Fidela Velázquez; ayer mismo. ¿Recuerdan el voto de censura en Arico contra la alcaldesa Olivia Delgado? El sistema es calcado: chantaje y malversación democrática, y todo, contra dos mujeres socialistas al frente de las alcaldías. ¿Casualidad o perversión?
Dirán en su defensa, que ambos votos de censura son legales, o que los ampara la Ley Electoral. Y un servidor mantiene, que por mucha ley que los auxilie, el que un solo concejal, el tal Tomás Mesa, más conocido por el petaca, que recibió 217 votos en las pasadas elecciones, frente a los 1.479 del PSOE y 1.409 de CC, se convierta en alcalde, ustedes lo pueden llamar cómo  les salga de las pelotas, porque para mí esto es mafia política, pura y dura. Pero quede claro que tan boa venenosa  es el que vende su alma al diablo, minoría, cómo el que paga por ella, mayoría.
Hay algo todavía más grave. Sí de estos culichiches locales pensamos así, ¿qué tendríamos que decir de las cúpulas de CC y PP que los anima y protege? Y más preocupante: ¿por qué sigue el PSOE sosteniendo al peor, con diferencia,  de los gobiernos que han presidido la Comunidad Autónoma Canaria? Para esta interrogante tengo respuesta: porque ahí están agarrados/as los/as cuatro chulos/as, inútiles y vividores, del partido.
Por último me dirijo a ti, Fidela Velázquez, Alcaldesa/Baronesa. Te lo diré con todo el respeto que me mereces: tu partido es culpable de éstas, y otras mucho más graves, de las tropelías que se vienen produciendo contra la democracia. En otras palabras, el choriceo político existe, porque, no sólo hay sinvergüenzas que lo practican, sino cómplices que se lo permiten. De todas formas, hazme un favor: ¡sonríeles!

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