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miércoles, 27 de febrero de 2013

Nuestros hijos se van…por Graciliana Montelongo Amador.


 
Nuestros hijos se van…

Graciliana Montelongo

 Amador.

Ayer se despedía de mí, una chica. A la que vi jugar, a la que vi crecer  y a la que vi terminar sus estudios. Compartí su sonrisa, que poco a poco se fue borrando de su rostro. Ayer dejó atrás su tierra, a sus vecinos y lo más importante a su  familia. Otra joven más, que se marcha.  
Para unos padres es triste escuchar a tu hijo decir que se va. Escuchar a tu hijo decir que quiere conocer otros lugares, otra gente.  Es triste repito, pero es ley de vida que los hijos no permanezcan siempre a nuestro lado. Pero es demoledor  cuando tu hijo llega a casa y te dice:
-        Hoy el profesor de sociología nos dijo que somos una generación que no tiene futuro. Una generación perdida. Y creo que tiene razón, por eso, yo  quiero ir a otro lugar. Donde tenga un futuro. Donde pueda estudiar lo que me gusta, donde pueda trabajar y desarrollarme como persona. Aquí no hay nada. Nos quitan el dinero de las becas, nos quitan profesores. No tenemos material. En las clases faltan ordenadores, faltan tantas cosas, para poder aprender. Yo no veo mi futuro aquí. Me gusta donde  vivo, pero, aquí no hay nada. Nos vamos a la huelga y no escuchan lo que pedimos. Han destrozado todo.

Así se sienten  los chicos. Así los tratan, abriéndoles las puertas de par en par e invitándolos a irse ¿Cómo han cambiado las cosas?  Hace unos años nuestros gobernantes abrían las puertas a todos las personas del mundo, para que vinieran a trabajar a nuestra tierra. Decían que la natalidad había descendido y que nuestro futuro peligraba, porque no teníamos mano de obra para trabajar. Que la población en poco tiempo sería de gente mayor (De la tercera edad, como dicen algunos)  Esto provocó la mayor avalancha de inmigrantes hacia nuestra tierra, Canarias, a estas islas frágiles. Pero ellos, los inmigrantes y  nosotros, fuimos  utilizados. La jungla de cristal en la que nos vimos envueltos, estalló en mil pedazos.  El resultado:
 La  herida es grave, profunda  y está infectada… Y lo peor  no es eso.  Lo peor es descubrir  que todo ha sido provocado.  Algunos miembros, de los que están en el poder, son los responsables.  Por más vueltas que le doy, no encuentro una explicación mínimamente razonable a  lo que han hecho. ¿Poseerán esta clase de seres, sentimientos racionales?
 No es lo mismo, que un chico o una chica, decida que quiere viajar, que quiere conocer otras culturas, otras personas. Acceder a un puesto de trabajo y establecerse en ese país  por voluntad propia, a tener que hacerlo por obligación.  No es lo mismo. 



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