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miércoles, 6 de febrero de 2013

LA AUDIENCIA NACIONAL EN TENERIFE PARA JUZGAR MILITANTES DEL MPAIAC


LA AUDIENCIA NACIONAL EN TENERIFE PARA JUZGAR MILITANTES DEL MPAIAC
Articulos recordatorios de
 Miguel Angel Diaz Palarea


En la cálida tarde de el día 27 de enero de 1981, apenas cuatro días después del golpe de estado, se podía observar en las calles de Santa Cruz de Tenerife, el caminar inquieto y nervioso de muchos nacionalistas hacia la sede de la Audiencia, una vez en la misma, se había formado una tupida fila en la entrada, muchos tuvieron que quedarse en la puerta según palabras de la Policía Armada, la sala estaba repleta; los que entraron fueron previamente cacheados y anotado su nombre y numero de el DNI, en una lista abierta por la policía al efecto.
Por fin, a la hora prevista comenzó la Vista, después de la lectura monótona de lo actuado, a las preguntas tanto de Ministerio Público, como de la defensa, los inculpados contestaron con serenidad y prestesa, los Magistrados en este momento, dejaron hablar libremente a los acusados, que lo hicieron con el clásico acento de la tierra, era algo que llamaba la atención, denunciaban que su estancia en las dependencias de la Guardia Civil, no fue precisamente un camino de rosas, porque el permanece dos días esposado y atado a un hierro, el tener que soportar sus costillas los saltos de sus interrogadores encapuchados, para no ser reconocidos, el ser amenazados con dañar a sus esposas a las que le pasaban por delante de sus caras, no era precisamente algo propio de un sistema que se denomina democrático y menos aún el aplicarle electrodos, el meterle la cabeza en un cubo de agua hasta dejarlo sin sentido y otras barbaridades propias de regímenes fascistas, era en resumidas cuentas el determinante de sus declaraciones ante la policía. Pero lo mas grave estaba, así lo entendíamos nosotros, en las manifestaciones de los inculpados, sino en el hecho de que fue practicamente una prueba concluyente, pues existían certificados médicos del hundimiento de costillas, de quemaduras en los labios producidas por la electricidad, los múltiples moratones e incluso la intervención quirurgica  a la que tuvo que ser sometido uno de los nacionalistas, puesto que le habían roto el menisco, etc. Y si relacionamos todo esto con las irregularidades en las actas de declaración tomadas en las dependencias de la Guardia Civil, con declaraciones que no habían sido firmadas por los testigos presenciales, que manifiestan que no fueron encontrados ninguno de los elementos alegados por la policía, no existiendo, a si mismo, la preceptiva autorización judicial para este tipo de acciones.
A este punto, nos gustaría hacer un poco de historia, puesto que la prensa de la época, como nos tienen acostumbrados, puso en la primera página de los periódicos, fotografías con multitud de armas, banderas, escopetas, cables e incluso aletas de pesca submarina, no haya hecho lo mismo una vez recaída sentencia y haber la Audiencia Nacional absuelto de este delito a los inculpados.

El Ministerio Público dada la reiterada negativa de los inculpados a reconocer los hechos los hechos que se le imputan, se limitó posteriormente, a presentarle las respectivas actas de declaración ante el juzgado para que se reconociera la firma, por ello, la defensa, con muy buen criterio, argumenta con el respaldo de los acusados, que las mismas habían sido amenazados previamente, con ser llevados de nuevo a las dependencias de la Guardia Cilvil a continuar con sus métodos indagatorios, en caso de no aceptar como valido lo que se les iba a leer en el Juzgado; la defensa llegó aún mas lejos, llega a demostrar fehacientemente, que incluso hubo, posteriores excarcelaciones por este motivo, cosa inédita e inadmisible en un régimen que se autodefine como democrático.
Llega el momento procesal de la prueba, el Ministerio Público no presentó ningún testigo, al contrario de la defensa, que a través de un  rosario de testigos demostró la perfecta inserción en la sociedad de sus defendidos, su conducta moral y cívica intachable y su no vinculación y, menos aún, subordinación a conocidos nacionalistas, que manifestaron no conocer con anterioridad a la entrada en la cárcel, a los acusados, en contra de la tesis policial.
Hay ocasiones, que en el lento y monótono transcurrir de la Historia, se dan hechos que coinciden con otros posteriores, si bien en principio no parecen tener ninguna relación.
Como decía el abogado de uno de los acusados, Sr. Aguirre, existen tantas irregularidades en el sumario, que las detenciones que tuvieron lugar, no tenían otra explicación que el excesivo celo de la Guardia Civil ante la llegada a Canarias, unos días después, del flamante presidente de UCD, Sr. Suárez, se les quería brindar, costara lo que costara y hubiera que hacer lo que hubiera que hacer, como ramo de flores de bienvenida la presencial en la cárcel de un amplio número de nacionalistas, había que demostrar, una vez mas, que Canarias es una parte de la Península Ibérica y que las ideas nacionalistas no tenían otra cabida que en la cárcel.
Querían dejar constancia que aunque se hablaba de régimen democrático, cuya cabeza visible era el mago de la transición, Sr. Suárez, aún existía mano firme, pues no había motivo para despreciar los viejos métodos del franquismo, alguien habló en aquel momento de la presencia en Canarias del super-Comisario Conesa, muy conocido en los círculos democráticos, por sus métodos eficientes.
Pues fijense ustedes, unos días después de celebrarse el juicio, el presidente Suárez, presentaba su dimisión irrevocable y, en su discurso de despedida decía: "no quiero que el sistema democrático sea un paréntesis en la Historia de España", y parece ser que estaba, entre otras cosas, relacionado con la visita del monarca a Euzcadi y el anuncio de algunas medidas de gracia.

Unos días después del juicio, la sorprendente noticia ya estaba en la calle, la Audiencia Nacional (el Top de los tiempos democráticos), nos hacía el favor de visitarnos, su objetivo era juzgar a los jóvenes nacionalistas: Luis MIguel Ramos Lorenzo, Juan Antonio Acuña, ramón Montesdeoca y Teodosio Pérez, para los que el Fiscal y, para alguno de ellos solicitaba penas superiores a los 30 años de cárcel, en el escrito de calificación provisional.
Dentro de los círculos nacionalistas se produjo el consiguiente revuelo, las opiniones eran diversas y encontradas, para algunos se trataba de dar un nuevo escarmiento, así en las puertas de la Audiencia se oía con insistencia frases como esta: "han venido a humillarnos", para otros, por el contrario, se trataba de poner un poco de "vaselina" a la cuestión nacionalista, el fiscal en su informe repitió hasta la insistencia "que no venía a juzgar ideas", se venía a juzgar hechos concretos, es decir las explosiones que tuvieron lugar entre septiembre de 1977 y abril de 1978.
La salsa picante al puchero, la pusieron algunos panfletos que bañaban nuestra cales y aceras, los argumentos de los mismos, eran fundamentalmente dos, por un lado se decía, que se trataban de una farsa con declaraciones tomadas por la Guardia Civil, utilizando todo tipo de torturas  y vejaciones y que esta institución debía ser  la que sentara en el banquillo, mientras por otro lado PCU decía textualmente: "mientras los canarios sufrimos la dominación política y económica de fuera que nos empuja al paro. Mientras los caciques de las islas verdaderos bandoleros organizados en UCD, intentan una vez mas dividirnos y confundirnos con sus mezquinos pleitos, se juzga a luchadores nacionalistas con los que no podemos dejar de solidarizarnos. Y ello es claro y justo hasta que no se reconozcan los derechos democráticos y nacionales del Pueblo Canario: Derecho al ejercicio de la autodeterminación y de la descolonización".
Ante la contundencia de la prueba y la poca solidez de las declaraciones ante la Guardia Civil, el Ministerio Público redujo sensiblemente las pruebas solicitadas, puesto que de 35 años que se pedían para algunos, pasa a 16 para Juan Antonio Rodrígguez Acuña, 12 para Luis Miguel ramos, 4 para Ramón Montesdeoca y 1 para Teodosio Pérez Hernández.
La defensa, previo receso de 5 minutos, eleva a definitivas sus calificaciones provisionales y en consecuencia solicita la libre absolución de sus patrocinados.practicada por la defensa, y en resumidas cuentas
Una vez tomada la palabra por el Ministerio Público, hace especial incapie en lo que consideraba una perdida de tiempo innecesaria, es decir la prueba testifical practicada  por la defensa, y en resumidas cuentas, previa manifestación de que no se Juzgan ideas, sino hechos concretos, como las explosiones que tuvieron lugar entre Octubre de 1977 y abril de 1978, apoya sus penas solicitadas en las declaraciones prestadas por los inculpados en el Juzgado.
Por la defensa, de forma brillante, y con gran rigor jurídico, se manifiesta, que si bien en el proceso penal habrá que acreditarse fehacientemente la culpabilidad en el acto del juicio oral, para poder condenar a alguien, el Ministerio Público ni siquiera  ha practicado prueba al respecto, limitandose a apoyar su solicitud, en unas actas de declaración, que para la defensa carecían de todo valor, por la cantidad de irregularidades que las rodean y por la coacciones a que fueron sometidos los inculpados para que las ratificaran ante el Juzgado, incluso se llegó a decir, que se trataba de una burla a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en resumidas cuentas lo único que quedaba por decir era en realidad a quien había que condenar, si a los inculpados o a los que utilizaron tantos y tan eficaces métodos interrogatorios, puesto que una cosa, había quedado clara en la mente de todos los asistentes, al menos eso nos parece a nosotros, los derechos humanos no se les reconocía a estos luchadores nacionalistas.
La sentencia no tardó en llegar, era lo realmente importante, las penas fueron las siguientes: para Juan Antonio Rodríguez Acuña, 5 años, para Luis Miguel Ramos, 30 meses, para Ramón Motesdeoca Perera, 1 año y la libre absolución para Teodosio Pérez Hernández, pero en realidad ninguno tuvo que ir a la cárcel de nuevo, pero la pregunta se la formulo yo ahora a ustedes, la Audiencia Nacional se desplaza a nuestra tierra, para hacer cumplir la Ley, para dar un escarmiento o por el contrario poner un poco de vaselina a la causa nacionalista, cada uno es libre de sacar la conclusión que estime oportuna, nosotros ya la hemos sacado.


ARTICULO ESCRITO POR MIGUEL ANGEL DIAZ PALAREA ENERO DE 1981


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