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miércoles, 7 de noviembre de 2012

RAP LAGUNA


RAP LAGUNA

Hoy La Laguna tengo presente
De cuando subía allá arriba con mi gente
Iba sin prisas en el travía
Escudriñando a cuantos volvían.
¡La cervecera!, ¡el tunel de Taco!
Donde los ninis entran a saco
Para bailar el underground botellón
y que vengan los maderos al follón
Los que pulsaron el botón de alarma
se bajaron a cantar el reggeatón
Los graffiteros la ocasión aprovecharon
para dejar el wagon bien coloreado
La voz en off anuncia: ¡La Trinidad!
y allí mismo hay que bajar
Por la Avenida la rubia de bote
es piropeada de chichi morenote.
Hemos llegado a La Laguna town
los estudiantes del primer round.
Nos dirigimos a la Casa de los Capitanes
rebasando los churros y los panes
y arrasamos con el gofio que allí dan
a los turistas que se empolvan el bigote
como en los tiempos de Sancho y Don Quijote;
para tirarnos enseguida un flash sabroso
con las pancartas contra un alcalde moroso.
Mientras volteamos por la plaza Adelantado
damos vuelta a un carrito ya arrumbado.
Tras la fuente de mármol de Carrara
de allí se observa el Convento de Las Claras
que tras las rejas te ven las caras.
Allí yace la que incorrupta llaman
y que visita una gran marabunta.
Como en lejanos tiempos plebeyos
los delatores a los infieles metían presos
transitando los gastados adoquines
con pies de gato y no de mastines.
Aquí vivieron personajes muchos
como Moure o Salazar, lo dice Pucho
Y el Heraldo le cuenta al Arquitecto
que la ciudad sigue la Rosa de los Vientos
Todo es de piedra y madera vieja
losa chasnera y mágica tea
donde levita el joven espectro
de la Lercaro que toma el cetro
y nos conduce por pasadizos
que el pelo lacio lo pone en rizos
con su antorcha nos muestra los despachos
y de la Junta Suprema los legajos
también edictos de los Cabildos
y las gemas de los Obispos.
Las barricas y toneles de antaño
hasta viejos soldadores de estaño.
Son las reliquias de la antigua capital
de unas islas que flotan en el mar
bajo tormentas de contínuas crisis
auspiciadas por metrópolis y tisis.
Por fin llegamos a los Amigos del País
y el celador nos abre el secreter
de los misterios de esta ciudad lacustre
que no hace falta que le den lustre
porque lo tiene en su propia raíz
de pueblo llano que ha sabido resistir
a mandamases y mandarines
y dominicos perrros de atar
como los consagra Berthelot en su altar.
El celador es un ilustrado
y mucho más que un mero amañado
asi nos sienta en el salón de actos
y nos explica la Historia ipso facto
bajo la mirada azul de Villanueva
del Prado y de gente decente
que obsequió hasta su valioso piano
sus relojes y prendas de mano
para que venga diciendo ahora
que no somos nobles sino villanos.
Torre de la Concepción alta apareces
aunque el precio por subir no apetece
me quedo imaginando tus tejados
y disparándole a los halcones
que han hecho mala política
para afanarse y llenarse de doblones.
Así bajando frente al Brasilia
nos tropezamos con maese Elfidio
que salía de la Sabandeña fundación
no con pandeiro sino con un gran carpetón.
Y en la sala de Cristino de Vera
encontramos del pintor Oramas
las bellas obras indigenistas
que de la Escuela Luján salieron listas.
Y el manuscrito de Agustín Espinosa
maestro surrealista de la prosa
que en Media Hora Jugando a los Dados
dejó pasmada a la orfandad a su lado.
Fue el gran docente del Cabrera Pinto
que orientara al poeta Arozarena
en la fecunda fetasiana escuela
sembrada de logro y vanguardismo.
También nos saludó Maccanti
quien charlaba al final de La Carrera
departiendo con amigos en la acera
de filósofos,  poetas y de Ghandi.
Nos retratamos con el Padre Almax
aunque tuvimos que apartar unos condones
que yacían junto a la peana
del trasiego de una noche pagana.
¡No me voy sin visitar La Tropical!
y echarme un trago en su tronja enrejada
para brindar por nuestra alegre amistad
y mi futuro de estudiante cabal.
¡Porque seamos gente de ley
como Blas Cabrera, por ejemplo fue!
O el poeta Manuel Verdugo
y tantos otros como Joaquín Rivero
que pusieron letra a lo que huero
lenguaje era y en lugar de carne, sebo.
O quizá José de Anchieta
quien rescatara la poética entera
de los indios de lengua tupí
bautizado como apóstol del Brasil.
Por eso le recuerdo a Daddy Yankee
La Laguna fue también imperio punky
que la noticia a Don Omar le den
por si le cortan la cresta otra vez.
Que hay calvos que la tienen afeitada
por querer meternosla doblada.

Crazy Robert




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