Páginas

sábado, 3 de noviembre de 2012

POLÍTICA DEL AMOR Y EL ODIO


POLÍTICA DEL AMOR Y EL ODIO


Eduardo Sanguinetti
filósofo rioplatense

“Me alejé de Él, para ubicar más en un contexto de límites no definidos al lector. De eso se trata ¿no? Y Él, personaje idealizado por él mismo, siguió con su habitual vida, de derrotero en derrotero sin parecer ver ni oír nada. Un alma palpitando en una cáscara de huevo vacía… revelando un simulacro momentáneo de nada”. (Pág. 18, “Big Relato” – Editorial Dunken – 2007 – Buenos Aires).


En los años transcurridos hasta hoy, desde el comienzo de este milenio, la ficción se apropia de la historia, tal el caso de Él, me refiero al ex presidente Néstor Kirchner, de cuya muerte se conmemoran dos años en estos días en ceremonias fúnebres un tanto sobredimensionadas en el boato. Él, un doble prestigioso de mi personaje en “Big Relato”, avizorando un tiempo a vivir.

En el escenario donde se debaten las diferentes representaciones de la “realidad”, existe un abismo entre quienes piensan que viven y quienes dictan sobre el mundo, como Él quizás intentó hacerlo, pero… No obstante, su mujer la presidenta Cristina Fernández, mujer valiente, capaz, perspicaz y aguda, al margen de adhesiones o rechazos, fue quien dio un giro de 180 grados a la gestión de Él, inaugurando un modo de hacer política, como el presidente Mujica lo hizo en Uruguay. Instancia que deviene en el espontáneo rechazo a todo lo que la presidenta lleva a cabo, por la siempre presente burguesía estúpida, anodina y consumista, que junto con el peronismo ¿histórico? representado por los Moyano e hijos (sindicalistas en ascenso), Duhalde (el del eterno retorno), el PRO Macri (el peronista tardío) y la fauna que conforman hoy la denominada oposición liberal y conservadora, reuniéndose con un ex presidente del Uruguay, en “asados” y tertulias amenas para discurrir en estrategias de cómo detener el cambio que ya ha comenzado.

Existe un abismo donde se precipitan, con el éxito que es conocido, todos los funcionarios políticos corporacionistas que manipulan sobre la geografía de esta región, destilando viejos discursos, reciclados de odio, de racismo o de xenofobia, ante la mirada mansa de una comunidad de anestesiados ciudadanos, que asisten mansamente a su fin como seres pensantes. Me refiero en insistencia a la denominada oposición tan miope y degradada en sus incorpóreos fines y sin principios, en ambas márgenes del Plata.

La posibilidad de cambio en el futuro inmediato en Argentina, comenzaría enfrentando a los monopolios que resisten a la implementación de la trascendente y magnífica Ley de Medios. Monopolios que manipulan la información y dibujan la realidad desde diarios, revistas, TV, canales de cable y demás tecnología al servicio de intereses privados de corporaciones neoliberales, provocando el malestar de un pueblo mal informado y en estado de fractura social evidente, atentando a la libertad de expresión en todas sus formas.

Lo anterior configura un escenario político en que, a mi modo de ver, se articulan las antinomias: amor y odio, adhesión y rechazo a Cristina Fernández. Estos son actualmente los únicos movimientos existentes y en evidente confrontación en la República Argentina. Partidos políticos, movimientos sociales, opinión publica, instituciones religiosas y corporaciones mediáticas, tanto en Argentina como en Uruguay, conforman un “Vacío Perfecto”, en cuanto a las funciones demasiado específicas para las que han sido fundadas.

El lenguaje que se utiliza en los monopolios de “Clarín” y “Nación” actúa como elemento masturbatorio, dando pantalla y micrófono a veletas invadidos por opiniones etéreas y siempre en búsqueda de una opinión pública estable y general: pegarle duro y parejo a Cristina Fernández. Este eje que incluye tanto al ciudadano común como a todas las instituciones anteriormente señaladas, actúa en detrimento de un sistema que aún se atreven a llamar democrático y en la gestión comunitaria, induciendo al pueblo a simplificar y calificar la administración de gobierno bajo la infame bota de los bajos instintos, devenidos en insultos al Ejecutivo. En el esquema político del Río de la Plata, pareciera que lo realmente importante son los personalismos y no la institucionalidad democrática.

La democracia no es una sociedad de consenso. Es una sociedad en la que cada uno tiene el derecho de expresarse desde sí mismo, por sí mismo y a elegir, acorde a sus inclinaciones y capacidades. Cada uno es el realizador de sí mismo y no olvidemos, hoy más que nunca, que el mundo es miserable para quienes proyectan su propia miseria.




1 comentario:

  1. SANGUINETTI MAGISTRALMENTE LE DA LA ESPALDA A ESTE KIRCHNER Y APUNTALA A CRISTINA LA PRESIDENTA. Y NO GUSTÁNDOLE ALGUNAS COSAS, TIRA AL CARAJO TODA POSIBILIDAD DE DEMOCRACIA EN ARGENTINA Y URUGUAY, DANDOLE DURO A LA OPOSICIÓN.
    LA FRASE FINAL VALE UN ARTÍCULO "...EL MUNDO ES MISERABLE PARA QUIENES PROYECTAN SU PROPIA MISERIA.", ESTO ES PARA NOSOTROS QUE PODEMOS CRITICARLO...ME PARECE DE ANTOLOGÍA.

    ResponderEliminar