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jueves, 22 de noviembre de 2012

LOS NUEVOS INQUISIDORES por Anghel Morales


LOS NUEVOS INQUISIDORES

Anghel Morales

La crisis parece la escusa perfecta para cargárselo todo, para acabar con todas aquellas cosas que han costado años conseguirlas. Esto pasa en todos los estamentos de la sociedad, pero yo quiero referirme a la cultura, la perseguida en todas las épocas, pero ahora se cuenta con el argumento perfecto para no invertir nada en ella y para arremeter contra todos los que nos empeñamos en invertir en ella, en apostar por ella.

Siempre me he declarado enemigo de la subvenciones, porque me parecía descabellado dar dinero a los amigos para sacar determinados libros de dudosa calidad o invertir en proyectos que no conducen a nada, salvo a aniquilar la propia cultura. Siempre digo que si alguno de los libros que saco son de interés que los compren y los pongan en las bibliotecas a disposición de cuantas personas quieran leerlos o consultarlos.
Siempre le digo a la gente de las instituciones, al poder a fin de cuentas, que sino están dispuesto a ayudar, por lo menos que no estorben, que no nos pongan sancadillas a la hora de realizar nuestra labor. Hay cosas que me resultan puntualmente bochornosas y cabreantes, como llegar a unas instalaciones a presentar un libro y que te prohiban venderlo, como ocurre en el Parlamento de Canarias o en el Centro Cultural de los Cristianos dependiente del Ayuntamiento de Arona, donde por unas ordenanzas municipales impiden que se vendan los libros que se presentan allí. Presentar un libro e impedir que se venda me resulta una postura cuanto menos inquisitorial LA INQUISICIÓN QUEMABA LIBROS Y LOS NUEVOS INQUISIDORES SE LOS CARGAN IMPIDIENDO QUE SE VENDA. Yo no en tiendo como los colectivos culturales de este municipio no se han levantado en armas contra los gobernantes que aplican esta medida, porque resulta cabreante, que se le corten las alas a un libro impidiendo su difusión, su venta y por lo tanto censurandolo. Me dirán que con no ir ahí a hacer presentaciones es mas que suficiente, pero resulta que aquellas instalaciones son del pueblo y por lo tanto, el pueblo tiene todo el derecho a utilizarlas y lo que hay que solicitar del Ayuntamiento que suspenda esta medida represiva, anticomercial e inquisidora.

Les digo, que me cuesta entender que un Ayuntamiento donde se cuenta con una cantidad enorme de imputados, con algunos condenados como el alcalde, tengan la poca vergüenza de mantener esta medida, porque con tan corrupción parece intolerable que se vayan a preocupar por un puñado de libros que se puedan vender. Creo que quien mantiene en vigor esta medida es un dictador y debe quitarla cuanto antes. Ver como se celebra una semana negra, viene gente de fuera, que se habla de novelas, pero que ninguna esta a la venta por prohibición de las ordenanzas municipales.
Había prometido no ir mas por allí, pero he vuelto para presentar un libro, porque creo que los autores tienen todo el derecho del mundo para utilizar estas instalaciones y por supuesto, para poder vender sus libros. Volví pero no estuve a gusto, ni me marché contento, simplemente fui para reivindicar algo que es justo, que los libros tenga libre circulación, que no se les prohiba con posturas inquisitoriales, parece que esta vez se ha toca alguna fibra sensible y que están dispuestos a cambiar la normativa, de ser así, nuestra presencia allí no habrá sido en balde y habremos logra que se haga justicia, total no se pide tanto, simplemente que los libros  puedan estar.



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