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lunes, 16 de abril de 2012

MUJERES CON GAFAS DE LUNA, comentario de Regina Zerené.


(…), la palabra espejo donde los de avaricia insaciable se miren y se reconozcan. Quiero dejarla escrita como una sentencia de muerte para su mundo, y su modo de avasallar al prójimo, quiero que sientan vergüenza, que tarde o temprano mi sentencia se cumplirá si no sobre ellos, sobre sus hijos o sus nietos, (…).
                             
                              MUJERES CON GAFAS DE LUNA
  Juana Santana.
 Mucho la esperé hasta que por fin llegó hasta mis manos Mujeres con gafas de luna.
Bajo los efectos de su hipnosis, fui capaz de viajar a través del tiempo y del espacio sin salir de mi alcoba. Pude ver pasar ante mí a cada uno de los personajes, y por momentos, si me concentraba y cerraba los ojos, incluso podía olerlos.
Estos personajes, se me antojaron no tan diferentes de ti o de mi, no tan distantes de aquel que veo desde mi ventana cruzar la calle. No tan lejana es la realidad que describe de la nuestra, porque de hecho me atrevería a decir que todos tenemos un poco de ellos, o ellos un poco de todos nosotros, por aquello de que realidad sólo hay una, aunque a la verdad le divierta cambiar de disfraz.
Muy cerca del existencialismo de Sartre, la autora, penetra en el abismo del ser humano, con una sensibilidad y elocuencia admirables que se van transformando, poco a poco en transparencia y lucidez mostrando su habilidad para escudriñar los tentáculos que nos abarcan y relacionan, ponerlos en juego y dejar que hablen por sí solos. Los personajes evidencian ellos mismos las circunstancias que viven, y cuando éstas salen a flote, me sorprendo al descubrir su contendido más profundo que impacta sobre mi consciencia y se convierte en el verdadero protagonista de la historia.
Juana es magistralmente capaz de desglosar el aire con meticuloso detalle y articula con habilidad individuo y colectivo, existencia y política, puesto que, de tan inmensas que son las dos, no podríamos saber a ciencia cierta cual de ellas fue primero.
Recomiendo encarecidamente la lectura de esta obra, animo al lector a adentrarse en las múltiples dimensiones de Mujeres con gafas de luna y volar. En ésta, su tercera novela publicada, es donde encontramos a una escritora madura, serena y arriesgada, su palabra es fluida y contundente, su estilo, excitante.
Mujeres con gafas de Luna podría ser un himno, quizá podría ser un constructo filosófico o una manera de respirar, podría ser incluso un parto o la luz después del túnel, o todas estas cosas a la vez. La materia se desdobla ante mis ojos y Mujeres con gafas de luna se convierte inevitablemente en una certidumbre a la que asirme.

                                                                               Regina Zerené.

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