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sábado, 10 de marzo de 2012

Ética de la libertad y el compromiso, por Eduardo Sanguinettifirm


Épica de La República
Escrito por: Eduardo Sanguinetti, Filósofo


Las convicciones sólo resultan creíbles cuando se fundan en una trayectoria, tal el caso de La República, medio que posee un valor de relevancia única en la historia del periodismo en el Uruguay, asimilado desde su fundación a la estatura ética de su creador, el Dr.Federico Fasano Mertens, quién en instancias épicas defendió y defiende, la libertad de expresión, de toda información relevante y probadamente verdadera de que dispuso y dispone, sin analizar costos y conveniencias, adhesiones o rechazos.

A fines del año 2005, en este mismo medio manifesté que “la compra de un diario es la mayor inversión cultural que realiza un pueblo”, lo reitero en este momento, en que nuevamente pareciera que ciertos intereses mezquinos y oscuros, acechan a La República, un medio gráfico que contribuye a fomentar la vida en libertad, transformando la información en conocimiento, fin de todo gran medio, a diferencia de los diarios corrientes, que transforman los hechos en información.

Los adversarios de La República han sido siempre, la competencia de medios, maniqueistas y barrocos, conformado por curiosos y alcahuetes, con patologías dogmáticas anoréxicas, que junto a el aditamento de la envidia y ausencia de voluntad y vocación periodísitca, articulan sus periódicos-panfletos. Emprendimientos de pasquines, apuntalados por demasiados aliados, demasiados recorridos seguros dentro de los distintas ciudadelas del poder, sin riesgo alguno en ser excluyentes y mercenarios, aún en detrimento de sus fieles lectores.

Otros adversarios de La República son la fuerza del poder capitalista y el riesgo de la censura, tal el momento que hoy atraviesa el medio plural, en consonancia con el estado de ánimo de dictadores profusos aún con vigencia, que ignoran que el riesgo al silencio, es infinitamente mayor que el riesgo de la palabra.

Esto ocurre, ante los ojos resignados de un gobierno del Frente Amplio, progresista, de izquierda, accediendo a maneras y modos de una burguesía repugnante con existencias de tinte capitalista a ultranza. Frente Amplio, elegido por la mayoría de la población, por un “Uruguay Natural”, un Uruguay que va por un nuevo estilo de vida, que surge de prioridades emergentes de la gran mayoría de la comunidad, con valores vigentes, que deben ser contemplados con urgencia.

Pareciera, que ese proyecto de Nación, solo lo hacen los eternos dueños del Poder, en fin los macro-empresarios mercaderes de siempre, políticos corruptos, farándula prostituta, en fin toda la fauna que conforman los denominados ‘ricos y famosos’ y no hace falta ni mencionar sus siglas, habilitados para todo tipo de emprendimientos macro-innecesarios, solo para articular sus estrategias oblicuas, perimidas y conservadoras, pues para estos poderosos de ocasión, ninguna noticia es buena noticia, si no fue creada por su propio departamento de prensa, impresos en los magazines que ofrecen los kioskos, donde el volumen de información inútil que ofrecen, imposibles de procesar y digerir, soporta una comunidad muchas veces anestesiada.

La información no digerida no es información, es sólo una suma de datos que crean una ilusión de que se tuvo acceso a la  información:”noticias son las mismas cosas que le pasan todos los días a personas diferentes” y “evento es algo relativamente curioso que sucedió ayer”. Todo lo que manifiesto acerca de la denominada prensa de hoy, lógicamente tiende a oscurecer el panorama de la realidad y limitar su comprensión.

Esta sobrecarga de información inútil, de los pasquines del poder corporacionista, produce, también, amnesia en el lector: irremediablemente un nuevo tema eliminará al precedente sin que haya existido el tiempo necesario para asimilarlo. Cada nueva información hace desaparecer la anterior, dejando un vacío que deviene en perder el rigor histórico, para que perdure la memoria.

Los recursos económicos de las empresas editoras provienen de sus lectores y anunciantes. En un mercado sin escrúpulos siempre habrá corruptos, que estarán dispuestos – para que determinada información que los perjudique no se publique – a pagar mucho más dinero del que la suma de los lectores pagará para recibir esa información. Si la lógica empresaria capitalista latinoamericana, concede a la rentabilidad un papel único, todo es cuestión de precio.

La República, debe seguir su derrotero de informar con verdad, el fin de la libertad de expresión, de la que está imbuido su director el Dr. Fasano Mertens, como todos los periodistas que conforman el grupo editorial. Periodistas desbordados en la voluntad de verdad y de difundirla.

En el núcleo de todo este tema por cierto existe un enigma de enormes dimensiones, pues creo llegó la hora de sostener en la innovación, que La República trajo consigo algo nuevo que decir, esencia de la comunicación, un medio con peso específico que puso en juego algunos valores, La República, medio plural por excelencia, que resiste los embates momentáneos y reiterados de sectores de poderes, anquilosados en sus vetustas ceremonias, de hacer de la verdad una mentira y de las logias que con su fanatismo y cobardía a ultranza.

La moral prostituta capitalista, adaptada a modas de temporada, construyó en su materialismo ilusorio, relaciones donde la pasión pasó a ser un recuerdo y como hombre dotado de mis elementos constitutivos, que gozo de mi libertad como dueño de mi mismo aún…elevado más allá de la cotidianeidad y del pasajero sentimiento de cosa archivada, me sirvo de la justiciera arma de la idea,contra la bestialidad de un sistema manipulado y enfermo… y con sumo placer y deseo reivindico la libertad de expresión, hoy jaqueada

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