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domingo, 11 de marzo de 2012

El petróleo, ¿para quién?, por Francisco Castro


El petróleo, ¿para quién?

*Francisco Castro

Las prospecciones petrolíferas sobre aguas de Canarias vuelven a estar de actualidad. No es mi intención criticar siempre al PP ni hacer apología en contra de este partido, zpero es el que está ahora en el Gobierno. De hecho, tengo amistades en todos los partidos, porque yo respeto a todo el mundo y la crítica se debe hacer siempre constructiva sin ofender a nadie.
En una democracia, que lo sea de verdad, se puede ser incluso independentista, mientras su acción se encamine dentro de las leyes vigentes, con la libertad de expresión reconocida en la Constitución, con el respeto a la pluralidad de conciencia y de pensamiento y sin ningún tipo de violencia.
Aclarado mi criterio, tengo que decir que el Gobierno del PP me ha vuelto a tocar mis fibras sensibles y ha vuelto a demostrar que no sabe qué es Canarias, o no quiere saberlo, ni cuál es su coyuntura económica y social, al permitir prospecciones petrolíferas a una compañía, que ya sabemos cuál es y, por tanto, deducimos que la extracción del petróleo no redundará en la economía de las Islas.
Y me toda las fibras de una Canarias que quiero, que es mi tierra porque nací en ella, porque he trabajado en ella hasta romperme los cuernos y quiero morir en ella, aunque sea aplastado por una erupción volcánica. Porque ya saben, ahora las cosas son diferentes, “los capitanes primero” y luego las mujeres y los niños. Valga la broma sobre una desgracia que podemos extrapolarla a lo que ha estado ocurriendo en El Hierro. Aquí hay moraleja. Los “científicos” dicen que dan por terminada las erupciones, como si ellos supieran qué va a hacer la madre naturaleza.
Bueno, para no desviarnos del tema de este artículo, hay que advertir al Gobierno sobre las graves consecuencias que traerán las prospecciones a Canarias. ¿Qué consecuencias? Muchas: vertidos al mar; peligros para el ecosistema marino y para la calidad del aire; graves repercusiones sobre la industria del turismo; vilo inmediato para las actividades económicas relacionadas con el mar; desagravios entre la política canaria con el Noreste africano. Al haber más contaminación atmosférica habrá mayor incidencia sobre la agricultura y la ganadería y, por supuesto, sobre la salud de los canarios.
Es decir, que lo poco que hemos conseguido en turismo, protección del medio ambiente, calidad de vida para los canarios; las luchas para que Canarias no sea centro estratégico militar y para que sigan siendo las “Islas afortunadas” se puede ir al traste con las prospecciones petrolíferas. Y, como digo en el título, el petróleo ¿para quién? Pues, si vemos nuestra situación geográfica no es difícil adivinarlo.
Por eso, como he comentado en otras ocasiones, Canarias necesita un Estatuto, no sólo de compensación por la insularidad, sino que integre todos los ámbitos de la vida canaria y sea respetado por el Gobierno de España. Y, sobre esto, no debe haber medias tintas, ni escala de grises, sino que debe haber una transparencia inequívoca entre las gestiones de este Gobierno del Estado y el futuro de Canarias.
El autogobierno no sólo está recogido en la Constitución. Sino que hasta la Iglesia Católica lo dice: “El Magisterio recuerda que el derecho internacional se basa sobre el principio del igual respeto, por parte de los Estados, del derecho de autodeterminación de cada pueblo y de su libre cooperación en vista del bien común superior de la humanidad” (Doctrina Social de la Iglesia, nº 157).
Después de consultar varios informes ecologistas, se desprende que sólo el inicio de una perforación petrolífera crea problemas en el medio ambiente en un área de 20 kilómetros cuadrados. La perforación supone un método sísmico que provoca ondas sonoras que no tolera el ecosistema marino. Los peces sufren lesiones físicas, con lo que redunda en la calidad de la pesca. Además, en las perforaciones se mezclan productos químicos con minerales, lo que da una idea del alcance del impacto ambiental.

*Periodista



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