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jueves, 15 de octubre de 2009

LA AVENTURA DE EDITAR EN CANARIAS
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UNA ORGIA DE LETRAS CON POCO PLACER Y MUCHA TRISTEZA



Lo de publicar libros en Canarias, siempre ha sido una aventura netamente peligrosa y sólo gracias al heroísmo de unos pocos, podemos contar en estas islas con un auténtico patrimonio literario, aunque desgraciadamente poco valorado, primero por las instituciones y segundo mucho más importante, por un pueblo que desconoce a sus autores. Todavía hoy, en pleno siglo XXI, seguimos con el grave riesgo que encierra querer ser escritor en unas islas donde se valora poco a su gente, pero sobre todo a los escritores. No obstante, si ser escritor ya raya lo cerebro tónico apapanato, lo de ser editor habría que incluirlo dentro del catalogo de héroes históricos, porque invertir dinero en un mundo tan complicado como el de la literatura, donde sabes que tienes menos posibilidades de recuperarlo que en la bono loto, pues haga cada cual su índice de valores y verá que en el último lugar siempre aparece un editor.

Desde siempre fue difícil dar a conocer lo que se escribía por esta tierra, había que contar con el visto bueno de la corona y de la iglesia, más los milagros sólo tengo noticias que ocurrieran en la Biblia. Espinosa logró publicar aquella Historia de Canarias, que automáticamente fue adquirida por una familia que se sentía ofendida y gracias a que en Sevilla o en algún otro lugar se conservaba algún ejemplar lograron salvarlo de la inquisidora familia Guerra. Otro tanto paso con Viera y Clavijo al que la burguesía chicharrera le negó el apoyo prometido para la publicación de su obra, sobre todo al analizar su contenido. Tuvo que marcharse indignado por el trato para poder salvar sus investigaciones. Otro tanto pasó con Pérez Galdos, que tuvo que salir huyendo para seguir creando lejos de las islas, hoy conocemos mucho de sus Episodios y otras historias, pero muy poco de sus ensayos antimonárquicos y anticlericales. Muchos son los autores canarios que murieron sin haber publicado un librito, caso de Domungo Rivero o Juan de Bethecourt, que decir de la infinidad de textos que se han perdido por falta de ojeadores que supieran captar su valor, lo que hace que probablemente lo mejor de nuestra literatura nunca lo vamos a recuperar, porque se ha perdido para siempre.
Monarquías, Repúblicas, Dictadura o la Biblia en pasta,... lo que fuera, en Canarias siempre ha existido una dejadez cultural, solamente personas individuales o pequeños colectivos organizados han logrado dejar en esta tierra un legado literario importante. Editoriales como Goya o Leoncio Rodríguez son sólo un ejemplo de lo que digo. Se habla de los fetasianos, de la novela de los 70 como algo importante y sinceramente lo es, pero fue una época de minorías donde se conocían más a los autores que a sus obras, porque sinceramente mi los más populares podían publicar: estaban pero no eran. ¿Como se explica entonces que la novela con la que Antonio Bermejo ganó el Benito Pérez Armas haya desaparecido y nadie tenga una copia? ¿Cómo se explica que hayan desaparecido múltiples textos de estas épocas de las que muchos hablan y pocos conocen?
Para bien o para mal, con la muerte de Franco y el nacimiento de nuevas editoriales, amparadas sobre todo en las nuevas técnicas de impresión, nos sitúan en una época donde la posibilidad de editar está al alcance de todo el mundo y esto permite que ningún talento se quede fuera y también ha permitido con reediciones recuperar textos de otros tiempos dándoles vigencia actual.
El primero en arrancar y además con mucha valentía fue Cándido Hernández con su Editorial Benchomo, dando a conocer textos emblemáticos de autores canarios olvidados en otros tiempos, lo que trajo como consecuencia algunos secuestros de sus libros. pero que nos ha dejado en la historia literaria canaria muchisimos títulos inolvidables por cuya nueva publicación clama mucha gente. Lastima que la Editorial Benchomo haya cambiado su linea inicial para aventurarse con otros temas, que no tienen ni por asomo el interés para sus lectores de los títulos publicados en la primera época, nos cambios a peor son malos.
El CCPC marcó también una época importante, sobre todo en la década de los 80, donde con una linea populista y un buen sistema de distribución lograron llegar con sus textos a todos los rincones de las islas y de fuera de ellas. Quizá su dependencia absoluta de las subvenciones los ha hecho tambalearse cuando le quitaron el soporte. Sus aventuras en las Enciclopedias fue caótica, sobre todo porque intentaron borrar a mucha gente del mundo de la cultura que no publicara con su Editorial, esto hizo que fueran contestados duramente en un comunicado publicado el 13 de Diciembre de 1999, firmado por más de 300 personas del mundo de la cultura de las islas o por Doña María Rosa Alonso a titulo individual.
José Luis Concepción que empezó con el CCPC fue uno de los primeros disidentes y fundó su Editorial propia, más que nada para la edición de sus propios libros y logró su objetivo, convirtiéndose en el autor más leido de Canarias después del intocable Alberto Vazquez Figueroa. No obstante, su editorial se quedó -que no es poco- en autoproteger su obra. Por lo tanto, hablar de Graficolor o de la Asociación Cultural de las Islas Canarias es hablar de individualismo puro y duro.
En la Isla Bonita nace ediciones La Palma de la mano de una luchadora incansable como Elsa López y con muchos esfuerzos han logrado hacer historia dentro de este difícil y complicado mundo. Han publicado títulos de verdadera calidad y quizá no ha sido valorada en su justa medida.
La Editorial Globo, de Manuel Mora Morales ha sido otra editorial, que tanto en cantidad como en calidad ha dejado su huella en una época brillante del mundo de la edición en Canarias, siendo de las primeras en intentar abrir fronteras, procurando que los autores isleños fueran conocidos en otros lugares y porque no, acercar a Canarias buenos autores de fuera de las islas. También fue de las primeras en editar en otras lenguas -con bastante éxito- especialmente en alemán, lo que le dio prestigio a ella y a las islas en Ferias del Libro en diferentes partes del mundo.
Merito tiene una editorial modesta como Ediciones Aguere que, sin haber recibido una subvención nunca ha puesto en el mercado más de sesenta títulos algunos con varias ediciones, demostrando que se puede autofinanciar si se vende el producto.
Muchas editoriales han funcionado y siguen funcionando -afortunadamente para los autores- en este archipiélago, pese a los riesgos que este complicado mundo encierra. Baile del Sol, Ediciones Alternativas, Puente Palo y tantas otras, si añadimos a la madeja, el que muchos autores se siguen costeando sus ediciones y de ahí surgen que algunos de los mejores libros de los últimos tiempos hayan sido publicados de esta manera, como La Batalla de Acentejo o los dos tomos acerca de la mítica San Borondón.
No seriamos justos con el mundo editorial sino escribiéramos unas líneas acerca de la mejor editorial en toda la Historia de Canarias, se trata ni más ni menos que de Ediciones Idea, donde se recoge lo mejor que se ha escrito y se ha publicado en este Archipiélago o fuera de él, aunque teniendo relación con el mismo. Cuando se habla de más de 1500 títulos, creo que estamos hablando de algo realmente serio e importante, quizá se les pueda reprochar que no hayan pasado la criba en más de una ocasión o ser más selectivos a la hora de publicar, pero creemos que el patrimonio que están construyen es único e inmensamente interesante.
En definitiva, que con muchas cosas en contra y otras a favor, lo realmente cierto es que poco a poco Canarias tiene al alcance de todos una amplia cantidad de títulos sumamente interesantes y ahora toca al lector saber elegir que título consumir. Capítulo aparte merece el trato a la hora de distribuir los libros de autores canarios o su ubicación en algunas librerías, donde parece que tienen verdadera vergüenza de los creadores isleños. Lo mismo podemos decir de los docentes, que no sabemos si por desconocimiento o por complejo no recomiendan en sus lecturas a autores canarios. Pero bueno, estos últimos temas son asignatura pendiente y no tienen nada que ver con la edición.


ANGHEL MORALES GARCIA

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