PERSONAJES HISTÓRICOS DEL FÚTBOL MUNDIAL, HOY LOS MAZZOLA
POR TEOBALDO PÉREZ ARNAY
Valentino Mazzola,
nació el 26 de enero de 1919. Jugó en el Alfa Romero de Milan, Unione Venezia y
el Torino. Sería en este club donde alcanzaría fama mundial; marcó 109 goles en
231 partidos, siendo internacional con Italia en 12 ocasiones, anotando 4 goles
con su país. No pudo defender en más ocasiones la camiseta italiana por causa
de la II Guerra Mundial y la propia catástrofe de Superga.
Como jugador,
estaba dotado de gran resistencia física y al propio tiempo muy habilidoso en
el control del balón, según manifestaciones que expresaría su propio hijo Sandro años más tarde en una
entrevista en el Diario El País, - afirmaba éste sobre su padre - que por lo
que le habían contado los amigos de Valentino Mazzola , su juego era muy
parecido al de Alfredo Di Stéfano.
Valentino se
proclamó campeón de La Liga por petición de todos los clubs italianos faltando
4 jornadas debido a la tragedia de Superga. Él no iba a desplazarse en un principio a jugar el partido contra el
Benfica aquejado de una enfermedad de anginas, pero insistió a viajar con su
equipo porque el encuentro era un homenaje a su amigo Francisco Ferreira.
Siendo
internacional con la selección italiana, su último partido con la misma de
produjo un 27 de marzo de 1949 precisamente contra España partido que se jugó
en el Estadio Santiago Bernabeu,
rindiéndose la afición española a la superioridad del equipo transalpino
que tenía entre otros a los Rigamonti, Becattini, Annovazzi, Carapellese y al
propio Mazzola. En la selección española había grandes figuras del fútbol
español pero que nada pudieron hacer ante la abrumadora superioridad de los
italianos; entre otros estaban: Eizaguirre, Aparicio, Epi, Gainza, Zarra,
Silva, Puchades, etc.
El accidente se
produjo al estrellarse el avión contra una de las torres de la Basílica de
Superga, en las colinas de Turín en el vuelo de regreso a Italia. Diez de los
once jugadores titulares de la selección de Italia pertenecían a la disciplina
del Torino. Cuando se produjo el accidente, Valentino Mazzola tenía 30 años,
dejando huérfano a otra gloria del fútbol italiano, al no menos ilustre, Sandro
Mazzola, continuador de la gloriosa estirpe de los Mazzola. Éste, había nacido
en Turín el 8 de noviembre de 1942. Debutó en 1961 y marcaría 116 goles en 417
partidos. En el plano internacional con su selección, debutaría contra Brasil
con la edad de 20 años.
Jugó 3 Mundiales
con Italia: 1966, 1970 y 1974. Ganó la Eurocopa de 1968 y también ganaría el
Balón de Plata en 1971. Se retiró a los 36 años.
Ganó 4 Scudettos,
dos Copas de Europa y dos Intercontinentales, proclamándose máximo goleador de
la Liga italiana en la Temporada 1964-65, y campeón de Europa con su selección
en 1968 con Valcarereggi de seleccionador y con un elenco de figuras míticas
del fútbol italiano tales como: Rivera, Fachetti, Rosato, Prati, Mazzola,
Mazzola, Burnigh, etc. Su padre se proclamó 3 veces máximo goleador de La Liga
italiana.
A Sandro Mazzola, -
dado que por aquél entonces uno era un niño de 12 años, estudiante de
bachillerato, eso sí, pésimo estudiante a causa precisamente de mi afición al
deporte rey - me pasaba confeccionando alineaciones imaginarias de mis
jugadores favoritos en las que casi siempre incluía al genial Sandro-.
Fue miembro del
mejor Inter de la historia, cuando este glorioso equipo, por medio del genial
Presidente Moratti Padre, logró aglutinar en su plantilla al no menos genial
Helenio Herrera y al mejor jugador de la historia del fútbol español,- mi
opinión personal- al legendario Luis
Suárez, formando un equipo intratable durante el transcurso de dos temporadas
en las que lo ganaron absolutamente todo.
De memoria, la
alineación tipo de aquél equipo era la formada por: Sarti, Burnigh, Guarneri,
Facchetti, Tagnin, Picchi, Jair, Mazzola, Milani, Suárez y Corso. En un
reciente vjaje que realicé a Italia, tuve la oportunidad de contemplar
fotografías de Mazzola y Luis Suárez en un restaurante del Lago de Como,
circunstancia ésta que me produjo una gran alegría por contemplar el cariño que
le profesa el pueblo italiano a sus míticos jugadores.
Fdo. Teobaldo Pérez
Arnay
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